martes, 21 de octubre de 2008


Es una experiencia que a todos los que hemos participado nos ha marcado profundamente, nos ha unido en la amistad y, sobre todo, en la fe, pues hemos compartido el Evangelio hecho compromiso, hemos vivido una experiencia de comunión, de esfuerzo, de encuentro... En definitiva, hemos sentido el inmenso palpitar del corazón de Teresita de los Andes que hace camino de amor a Dios en la vida, junto a nosotros.
Hemos vivido la experiencia de ser PEREGRINOS y ponernos en camino, pues siempre se trata de un avanzar hacia la Luz que da sentido a nuestra vida: Cristo el Señor.
La finalidad es “hacer” el Camino para encontrarnos con nuestra primera santa chilena y por su intercesión acercarnos a la fuente del Evangelio y llenarnos de su frescura para convertirnos en apóstoles, enviados, mensajeros, testigos de la Resurrección.
Es la experiencia del paso de Jesús por nuestro camino. Él pasa por nuestra vida y nos llama a ser jóvenes cristianos y testigos que gritan a los cuatro vientos que Cristo es la mayor alegría del mundo y vivir su Evangelio es una urgencia.