“Bueno es el Señor para quién espera en El,
Para aquél que lo busca.
Bueno es esperar en silencio
La salvación que viene de Dios.” Lam. 3,26
Comunicarles que el día miércoles 22 de abril de este año del señor 2009, muy de mañana, se durmió en el Señor nuestra querida hermana María Inés Arango Vega.
Queridos hermanos, al compartir la Pascua de nuestra hermana Inés, las carmelitas misioneras en Chile, lo hacemos con gozo grande. Aunque pueda parecer contradictorio, puesto también experimentamos el dolor de la separación, lo hacemos expresando alegría porque la certeza de su resurrección nos fortalece y anima.
¿Quién fue Hna María Inés?
Debemos centrar su vida en tres grandes amores, de los cuales ella nos dio amplio testimonio:
· Su vida centrada en Cristo, el Señor,
· un amor grande y generoso a su familia religiosa: El Carmelo Misionero,
· una raíz profunda en su familia, y en su tierra natal: Galicia
Estos tres grandes amores, que nosotras sus hermanas pudimos captar y valorar, hicieron de hna Inés una persona disponible a Dios y a los hermanos, una persona sin límites de frontera sino más bien universal, una persona de horizontes congregacionales amplios, siempre en búsqueda de un más y mejor.
Las hermanas de Argentina, Perú y Chile sabemos de su entrega, de sus exigencias personales, A partir de una vocación de especial consagración a Dios sentida muy temprano en su vida, hna Inés inicia un camino de total disponibilidad a los planes de Dios en nuestra familia religiosa de carmelitas misioneras. Los momentos difíciles que a traviesa España la hacen viajar a Italia desde donde embarcara a América. En Argentina sabrá de estudios y de ejercicio de la misión docente. Su paso por la provincia de Perú, más tarde, la encontrará también ejerciendo la enseñanza en el colegio El Carmelo de Lima. Su misión en Chile señala un periodo de múltiples servicios, de fraternidad junto a las jóvenes generaciones y más tarde sabrá también ser, con entereza la hna mayor que alienta, testimonia y ora.
“Bueno es esperar en silencio la salvación que viene de Dios”. Con estás palabras del escritor sagrado comencé esta iqueña reflexión, con ella deseos también concluir.
Efectivamente, Hna María Inés entro, hace ya algunos meses, en ese silencio de Dios en el que se formulan con amor, los grandes ofrecimientos de la vida. Hasta el momento mismo de su total lucidez mantuvo su corazón apegado a Dios, luego entro en ese silencio elocuente pero eficaz que prepara el alma la entrega final.
Nosotras sus hermanas queremos recordarla así: Sonriente, disponible, deseosa de poner en acción los múltiples dones recibidos de Dios y de los cuales siempre mostró reconocimiento y gratitud.
A ella, a quién fue dada por Dios tanta fuerza interior, le confiamos hoy nuestra familia religiosa de carmelitas misioneras a la vez que le ofrecemos nuestra fraterna oración para que Dios nuestro Padre y Santa María del monte Carmelo la acojan en la resurrección gloriosa que ella confiadamente supo esperar.
Para aquél que lo busca.
Bueno es esperar en silencio
La salvación que viene de Dios.” Lam. 3,26
Comunicarles que el día miércoles 22 de abril de este año del señor 2009, muy de mañana, se durmió en el Señor nuestra querida hermana María Inés Arango Vega.
Queridos hermanos, al compartir la Pascua de nuestra hermana Inés, las carmelitas misioneras en Chile, lo hacemos con gozo grande. Aunque pueda parecer contradictorio, puesto también experimentamos el dolor de la separación, lo hacemos expresando alegría porque la certeza de su resurrección nos fortalece y anima.
¿Quién fue Hna María Inés?
Debemos centrar su vida en tres grandes amores, de los cuales ella nos dio amplio testimonio:
· Su vida centrada en Cristo, el Señor,
· un amor grande y generoso a su familia religiosa: El Carmelo Misionero,
· una raíz profunda en su familia, y en su tierra natal: Galicia
Estos tres grandes amores, que nosotras sus hermanas pudimos captar y valorar, hicieron de hna Inés una persona disponible a Dios y a los hermanos, una persona sin límites de frontera sino más bien universal, una persona de horizontes congregacionales amplios, siempre en búsqueda de un más y mejor.
Las hermanas de Argentina, Perú y Chile sabemos de su entrega, de sus exigencias personales, A partir de una vocación de especial consagración a Dios sentida muy temprano en su vida, hna Inés inicia un camino de total disponibilidad a los planes de Dios en nuestra familia religiosa de carmelitas misioneras. Los momentos difíciles que a traviesa España la hacen viajar a Italia desde donde embarcara a América. En Argentina sabrá de estudios y de ejercicio de la misión docente. Su paso por la provincia de Perú, más tarde, la encontrará también ejerciendo la enseñanza en el colegio El Carmelo de Lima. Su misión en Chile señala un periodo de múltiples servicios, de fraternidad junto a las jóvenes generaciones y más tarde sabrá también ser, con entereza la hna mayor que alienta, testimonia y ora.
“Bueno es esperar en silencio la salvación que viene de Dios”. Con estás palabras del escritor sagrado comencé esta iqueña reflexión, con ella deseos también concluir.
Efectivamente, Hna María Inés entro, hace ya algunos meses, en ese silencio de Dios en el que se formulan con amor, los grandes ofrecimientos de la vida. Hasta el momento mismo de su total lucidez mantuvo su corazón apegado a Dios, luego entro en ese silencio elocuente pero eficaz que prepara el alma la entrega final.
Nosotras sus hermanas queremos recordarla así: Sonriente, disponible, deseosa de poner en acción los múltiples dones recibidos de Dios y de los cuales siempre mostró reconocimiento y gratitud.
A ella, a quién fue dada por Dios tanta fuerza interior, le confiamos hoy nuestra familia religiosa de carmelitas misioneras a la vez que le ofrecemos nuestra fraterna oración para que Dios nuestro Padre y Santa María del monte Carmelo la acojan en la resurrección gloriosa que ella confiadamente supo esperar.
